La psicóloga Carol Dweck en su libro Mindset: How You Can Fulfil Your Potential y en sus artículos científicos habla sobre dos mentalidades que la gente usa para interpretar el aprendizaje personal y el cambio. La mentalidad fija y La mentalidad de crecimiento.
Mentalidad Fija
La mentalidad fija defiende que el talento lo es todo y si no logras algo es porque no eres bueno en ello.
O eres bueno, o no eres bueno; si no lo eres, no puedes hacer nada. La mentalidad fija se basa en una teoría de la inteligencia fija. Se refiere a que la persona no puede hacer nada por mejorar su inteligencia. Y se citan como ejemplos: “Yo soy inteligente” o “Yo soy bueno en tal o cual área” y eso determina todo.
El resultado positivo rápido y sin esfuerzo es interpretado como prueba del talento.
El fallo y el fracaso, son interpretados rápidamente como indicios de que la persona no tiene talento. Otra característica de las personas con mentalidad fija es que al mínimo revés, tienden a rendirse.
Piensan que realmente no son lo suficientemente buenos en esa área, y no lo siguen intentando, lo dejan.
No son unas personas que aprendan de los errores, simplemente, prefieren abandonar.
No les gustan los retos, así que lo que hacen es evitarlos.
De esa forma, nunca mejoran en las actividades que les resultan más complicadas, porque no se enfrentan a ellas.
El miedo al fracaso les paraliza, por lo que ni siquiera lo intentan.
Es obvio, aquellas personas que viven en esta realidad de la mentalidad fija tienen la necesidad de parecer brillantes en todo momento. Harán el esfuerzo por no cometer errores y evitar campos que no dominen desde un principio o que se les den mal.
El reflejo habitual es por tanto evitar todo aquello en lo que uno no resulte bueno inmediatamente o en poco tiempo, abandonar o evitar toda actividad en la que muestre dificultades.
La persona que vive en el paradigma fijo sufre de cierta fragilidad del ego y estará constantemente comparándose con otros intentando atisbar síntomas de inferioridad o superioridad.
Si tienes una mentalidad fija, estarás buscando la aprobación de los demás, vas a necesitar que te confirmen y te aseguren que de verdad eres muy bueno en aquel talento con el que naciste.
Aquella con la que te juzgas a ti mismo y a los demás diciendo que eres bueno o malo en una actividad u otra, y además sientes que los demás también te están juzgando a ti todo el tiempo.
Además, con la mentalidad fija te exiges mucho a ti mismo, pues estás siempre preocupado, porque cualquier fallo te puede colocar en el bando de los incompetentes.
No son capaces de alegrarse por los demás, sencillamente, lo vivirán como una amenaza, incluso intentarán boicotear el éxito de los demás, sólo por sentirse que ellos siguen siendo los números 1, que nadie les va a quitar su trono.
Estas personas nunca llegarán a desarrollar todo su potencial. Lo más probable es que de tener una mentalidad de crecimiento, pudieran llegar a ser brillantes en varias áreas, podrían ser mejores profesionales, mejores personas, más competentes, vivir vidas más plenas.
Mentalidad de Crecimiento
La mentalidad de crecimiento es el paradigma contrario.
Las personas que poseen una mentalidad de crecimiento son personas que perseveran en la búsqueda de sus objetivos y que al final los consiguen obteniendo el éxito en aquello que se proponen.
La habilidad para aprender NO es fija sino que cambia según nuestro esfuerzo (neuroplasticidad cerebral), por tanto el fracaso NO es una condición permanente sino una condición temporal.
La inteligencia es una habilidad que se puede desarrollar más o menos y la habilidad es el producto del esfuerzo y la concentración.
El fallo y el fracaso se interpretan como sucesos normales en cualquier proceso de aprendizaje.
Si realizan alguna tarea donde se dan cuenta que les resulta fácil de hacer y de su brillantez lo atribuyen a todas las horas que invirtieron en prácticas y estudio, mas no a su prodigioso talento.
Si tienen la facilidad para realizar acciones, no representa un trofeo ni lo atribuyen a una señal de están en el campo que dominan y, por ello, han dejado de aprender.
Sin embargo, si aprendieran algo nuevo o distinto, sería un nuevo camino, desafiante y hasta complicado.
Si una persona posee una mentalidad de crecimiento siempre se esforzará más. No le distraerán las opiniones, ni se comparará con otros, ni los resultados lo definirán.
Al contrario, se enfocará en su tarea, en sus capacidades y cómo éstas le darán resultados. Así, cuando presente dificultades, tendrá la capacidad de ser más resiliente y será más perseverante.
Las personas con Mentalidad de Crecimiento entienden que:
Los retos pueden conseguirse siempre que nos esforcemos lo suficiente.
Los obstáculos son oportunidades de aprendizaje para alcanzar nuestros objetivos.
El esfuerzo es la base para alcanzar los objetivos
Las críticas son oportunidades de mejora y de aprendizaje.
El éxito de los demás es inspirador (porque si otros lo consiguen yo también puedo).
Y recuerda siempre la frase de Walt Disney:
“Si lo puedes soñar, lo puedes hacer”